El tejido Denim, historia de los jeans un icono de la moda-S6N4
El tejido denim, tela vaquera o mezclilla es uno de los más usados hoy día para la confección de ropa, tanto por sus características como por su estética y versatilidad.
Sin embargo, la tela denim no fue siempre el icono de la moda al que estamos acostumbrados. De hecho, incluso hubo un tiempo en el que el uso de la tela vaquera era mal visto en ciertas esferas de la sociedad.
El “tejido de Nimes”, la tela vaquera de Francia
Aunque no existe consenso, una de las teorías más aceptadas acerca del origen de la tela vaquera es que apareció en Nimes (de ahí su nombre), una ciudad del sur de Francia a medio camino entre Montpellier y Aviñón.
Históricamente, esta región gala fue un gran centro de producción textil en torno al algodón, la materia prima del tejido denim.
Por su resistencia, la tela vaquera empezó a usarse para la confección de las ropas de los campesinos en los siglos XVII y XVIII. Además, la tela vaquera se empleaba también para la fabricación de las velas de los barcos, toldos y lonas.
La popularidad del tejido denim como ropa de trabajo empezó a crecer, no solo en Europa, sino también en el nuevo continente.
Löb Strauß, el primer fabricante de tejido denim en Estados Unidos
Löb Strauß fue un comerciante germano que emigró a Estados Unidos en 1847. Más tarde, en 1853, se trasladó a San Francisco, donde con el tiempo se convertiría en uno de los mayores fabricantes industriales de ropa vaquera del país: Levi Strauss.
La idea de Levi Strauss fue usar el “tejido de Nimes” para la confección de los pantalones de los mineros, un trabajo muy duro que necesitaba de un tejido resistente a la intemperie, la humedad, etc.
Sin embargo, había un problema: los bolsillos de los mineros se descosían con frecuencia debido al peso de los materiales que llevaban en ellos. Para reforzarlos, Strauss recurrió a los remaches de cobre, y patentó el primer pantalón de tela vaquera Levi Strauss en 1873.
Mucho más tarde, en 1934, confeccionó los primeros pantalones vaqueros para mujeres que vivían y trabajaban en granjas. Aunque, ya por entonces, Levi Strauss no era el único fabricante industrial de pantalones denim.
Lee se suma al negocio de la ropa de tela vaquera
Henry David Lee creó la marca vaquera Lee en 1889 para mejorar la calidad de los monos vaqueros destinados a los trabajadores de las fábricas.
Este hecho, es decir, la creación de una nueva marca, fue lo que aumentó aún más la popularidad del tejido vaquero, no solo en la costa Oeste, sino también en la Este.
Además de confeccionar pantalones como Strauss, Lee creó en 1921 chaquetas vaqueras para ferroviarios, que llegaban hasta la cadera, contaban con grandes bolsillos delanteros y presentaban un corte holgado que aportaba más comodidad a lo largo de la jornada.
El tejido denim da el salto a Hollywood
Aunque en su origen el tejido denim o tela vaquera se usaba exclusivamente para la ropa de trabajo, la cosa cambió después de la Segunda Guerra Mundial, en 1945.
Aparecieron las primeras películas de Hollywood en las que las estrellas vestían pantalones fabricados en tela denim. Sin embargo, siguieron usándolos en su vida cotidiana, lo que provocó un escándalo, al ser asociada la tela vaquera con la ropa de los trabajadores.
La gente esperaba que las estrellas de Hollywood llevaran en su día a día ropas caras y lujosas de diseñador, no prendas de tela vaquera que usaban para trabajar personas pertenecientes a clases más bajas y pobres de la sociedad.
Sea como fuere, gracias a Hollywood y a sus famosos más rebeldes, el tejido denim dio definitivamente el salto al estrellato como ropa de calle.
Marilyn Monroe, el tejido denim como icono de la sensualidad
En su película Río sin retorno de 1954, Marilyn Monroe vistió un pantalón vaquero, lo que cambió todavía más la percepción de este tipo de prenda y del propio tejido denim.
De esta forma, dejó de ser una prenda de las mujeres trabajadoras para convertirse en todo un símbolo de la sensualidad y la feminidad. Tanto es así que editoriales como Vogue empezaron a incluir los pantalones vaqueros en sus publicaciones.
La revolución del tejido denim en los años 60-70
Fue en los años 60-70, décadas animadas por los grandes cambios sociales, cuando el uso de los pantalones de tejido denim se generalizó en todo el mundo.
Empezaron a crearse en diferentes tonalidades y estilos, como los pantalones de pata de elefante, los campana y los anchos. También aparecieron los primeros vaqueros deshilachados, rasgados y rotos, que imitaban simbólicamente la ropa de trabajo; y los lavados a la piedra (délavé), para darles ese aspecto más viejo.
Nosotros, la marca de moda vaquera Bustins Jeans, fuimos de las primeras marcas en introducir los vaqueros denim délavés en España, por aquellos años.
Nos costó dar con la técnica adecuada, pero, después de muchas pruebas con tintes y químicos, finalmente conseguimos darle ese acabado a la tela vaquera.
Esa fue la razón del éxito de los “stocks” en los 70-80, y en los años de la Movida Madrileña, unas prendas denim que ahora, medio siglo después, hemos recuperado en esta colección de vaqueros vintage.
Y la tela denim llegó hasta nuestros días…
Hace mucho que las prendas en tejido denim dejaron de asociarse con la clase trabajadora, y también han perdido el carácter reivindicativo que tuvieron en las décadas de los 60 y 70.
Hoy día no hay armario femenino ni masculino en el que no se encuentren prendas de tela vaquera. Prendas cuyos estilos y versatilidad son prácticamente ilimitados.
Desde los tiempos de Strauss y Lee hasta hoy, son muchísimas las marcas que ofrecen prendas denim, aunque la mayoría de ellas son marcas de fast fashion con una visión poco ética del sector.
De hecho, la altísima demanda de ropa vaquera ha llevado a estas marcas a abaratar costes deslocalizando los lugares de producción en países tercermundistas, donde los derechos de los trabajadores y la legislación sobre medioambiente son prácticamente nulos.
Debido a esto, el sector de la moda se ha convertido en uno de los más contaminantes en la actualidad, con aproximadamente el 10% de las emisiones responsables del cambio climático.
Es innegable que, por la producción en cadena y el bajo coste que supone para ellas, estas marcas pueden vender sus prendas a precios muy bajos, sin olvidar que son prendas de baja calidad que terminarán en la basura al poco tiempo.
El problema es que nosotros, los consumidores finales, no parecemos ver el auténtico precio de unos vaqueros de 20-30 euros: desperdicio del agua en países donde no toda la población tiene acceso a ella, apoyo tácito a la explotación de los trabajadores de dichos países, etc.
En Bustins Jeans no queríamos ser un agente más que agrava el problema, sino una solución a él. Por ello, preferimos la slow fashion como modelo de negocio, una visión más responsable y ética de un sector que a tantas generaciones futuras está condenando.
Por esta razón, producimos nuestras prendas en España con materiales de origen renovable y trazable, de manera artesanal en nuestro pequeño taller, para ofrecer un catálogo acotado y atemporal. Así es como conseguimos prendas capaces de durar años si se mantienen como es debido.
Por supuesto, la calidad y la producción artesanal se refleja en el precio de nuestras prendas, pero tenemos claro que, si hay algo en lo que vale la pena invertir, es en nuestro planeta y el nuevo rumbo que queremos darle para las generaciones que vendrán.
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